Como todos nuestros productos, lo mejor es conservar el tomate rallado en frío. Te ofrecemos este producto en cómodas tarrinas de 180 gramos, para que puedas abrirlas y cerrarlas en cada uso y volver a dejarlas en la nevera para preservarlo lo mejor posible.
Ten en cuenta que es recomendable consumir el tomate rallado hasta los dos días desde que se abre por primera vez, siempre conservándolo en el frigorífico. A partir de entonces, puede provocar mayor acidez.