En Caña Nature encontrarás productos elaborados con ingredientes 100% naturales, sin aditivos, conservantes alimentarios ni gluten.
Los conservantes alimentarios son en realidad aditivos incluidos en los alimentos, para conseguir con ellos alargar su vida útil, para que sean adecuados para el consumo sin que ningún microorganismo los pueda dañar.
Pese a su «buena voluntad», los conservantes alimentarios tienen aspectos negativos, incluso perjudiciales para el ser humano por las reacciones que puede ocasionar en el organismo.
Los conservantes alimentarios se pueden diferenciar entre naturales y químicos. Los naturales son aquellos que protegen la conservación de un alimento de forma natural, sin la inclusión de elementos químicos.
Los conservantes químicos, por otro lado, son aquellos que obstaculizan a microorganismos o bacterias, que pueden causar intoxicaciones y problemas similares si se consume un alimento con ellos, pero utilizan para ello compuestos no naturales.
Dentro de estos últimos podemos encontrar sobre todo la siguiente clasificación:
Algunos conservantes alimentarios son considerados peligrosos por las consecuencias que pueden tener en nuestro organismo:
En el ámbito de los colorantes, por ejemplo, los conservantes E110, E104, E122, E129, E102 o 4R E124, pueden aumentar la probabilidad de episodios de hiperactividad en niños.
El conservante E320 o Butilhidroxianiso es considerado potencialmente cancerígeno, igual que los nitritos y nitratos (E249-E252), que se transforman en el estómago en nitrosaminas.
La hexametilentetramina (E239), utilizada en pescados y mariscos, puede provocar reacciones alérgicas, similares al ácido benzoico (E210) y los benzoatos (E211-219)
Estabilizantes como los E407 han demostrado peligrosas reacciones en el tracto gastrointestinal. Antioxidantes como el E385 o EDTA pueden impedir la absorción de minerales. Edulcorantes como el aspartamo (E951) o acesulfamo-k (E950), han ocasionado reacciones neurológicas como dolores de cabeza.
No todos los conservantes alimentarios son dañinos. De hecho, muchos alimentos cuentan con conservantes que encontramos con bastante frecuencia como los siguientes:
Lo ideal es priorizar lo natural. Sobre todo porque de esta forma se mantienen los valores nutricionales originales del producto y, por tanto, consumimos alimentos de mayor calidad.
Obviamente, si optamos por comida sin conservantes eliminamos el riesgo de los aditivos peligrosos que pueden afectar a nuestra salud.
En el sabor también se nota la diferencia entre comer un alimento con y sin conservantes. Los productos naturales no han sido alterados, por lo que mantienen su característico sabor natural.
Incluso es una alimentación más sostenible, dado que el uso de conservantes y aditivos provoca inevitablemente una mayor contaminación del entorno, algo que evitamos si escogemos alimentos naturales.
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